martes, 17 de diciembre de 2013

Quiero dejar los Scouts

Ahí está el muchacho, un día viene sin el uniforme y nos sorprende con su intención de abandonar el grupo. ¿Cómo podríamos responderle para ayudarle de la mejor forma?. Difícil y múltiple tarea esta, primero la de superar nuestra confusión, luego tratar de comprender cuál es la causa que provoca su estado para así ayudarle a que supere la situación.

Es cierto que no tenemos que pensar que todos los niños van a mantener un interés permanente en el programa de actividades y formación que se imparte en nuestro movimiento scout, esto no significa que algo les vaya mal, en el programa, o en nosotros sus Scouters. Puede que se trate de un momento difícil, un periodo complicado en el que, quizás por motivos ajenos a nuestra organización, se encuentre desbordado y bajo de ánimos. Algo normal en nosotros mismos adultos, y que nos puede ocurrir un día cualquiera.

Si un día un Scout te dice que quiere dejar de jugar y divertirse, ¿qué te gustaría oír si estuvieras en su lugar?. La realidad es que, por su madurez, pocos muchachos van acercarse a un adulto con algo así, sin haberlo hablado antes probablemente con sus padres, o amigos más próximos, de que tienen que hacerlo, o incluso, después de haber estado dando vueltas al tema durante un tiempo. Muy probablemente muestran rechazo, miedo, desconfianza, incertidumbre, o preocupación a la hora de tener que hacerlo.

Lo que sí es cierto es que a nadie le gusta perder un scout. Es triste, difícil cuando esto ocurre. Son nuestra razón de ser, y el porqué de que nosotros estemos ahí. Al encontrarse en esta situación nos podemos sentir enojados, defraudados, disgustados, pero hay que tener cuidado de no convertir esa ira de decepción sobre el muchacho. Precisamente en ese momento no necesitan alguien que sea crítico y duro, sino de alguien que trate de hablarle para ayudarle a salir de su decisión. Quieren alguien que sepa entenderle con empatía, que lo note lo suficientemente próximo como para hacerse entender y ser comprendido; donde brille la sinceridad y el respeto.
Si un scout me dice que quiere irse del grupo yo podría responderle… “A veces yo también quisiera dejar el grupo, pero sé que, a pesar de pasar por momentos difíciles como scouter, esto siempre merece la pena. Veo que no te encuentras muy animado, ¿estás pasando un momento difícil con tus compañeros de la unidad?, quizás pueda ayudarte…”

En verdad, la situación con la que nos podemos encontrar no merece ser desdeñada. Sin duda, lo que nos puede parecer pequeño insignificante para nuestra comprensión y madurez, puede resultar muy grande en la mente de un muchacho que aún está creciendo y aprendiendo. Nos podemos encontrar con algo que sea fácil de resolver o, quizás, sus preocupaciones nos estén indicando algo que hemos perdido, algo que es necesario porque ellos no necesitan. Una pieza que se ha salido de ese maravilloso puzzle que es el escultismo. Sea lo que sea aprovechemos esa oportunidad para aprender la forma de recuperarlo con nosotros.

Si, a mi pregunta, el muchacho dice que simplemente no le interesa, no estará de más indagar qué otras cosas está haciendo, ¿qué es lo que le llama mucho más la atención que lo que aquí hacemos como para querer irse?. Por ejemplo, si se apuntado a un grupo musical, a un equipo deportivo,… o cualquier otra actividad. Podríamos responderle reflexionando sobre lo interesante y divertido de esa actividad en la que se ha incorporado, reforzando su dedicación e interés, o descubriendo si no se trata más que de un mero pasatiempo como alternativa a la solución de la situación que pueda estar viviendo con nosotros. Si se trata de lo primero no olvidemos insistir que nuestro grupo siempre seguirá ahí, abierto para que entre y dedicando el tiempo que pueda. Plantear si es posible compaginar ambas actividades es una buena opción. Y si realmente quiere dejar el grupo, porque eso no sea posible, hacerle sentir de corazón que se vaya. Ahora bien, si se trata de una forma de encubrir un problema… acudamos de nuevo a la primera persona, como antes… hay un problema y yo quiero ayudar a resolverlo…

Es muy importante que, si definitivamente deja el grupo, por un motivo u otro, que no sea por que no hemos insistido, y se vaya con un mensaje positivo. No agonicemos por los scouts que perdemos, a sabiendas de que es nuestro más preciado tesoro, agradezcámosle el tiempo que ha pasado con nosotros y reconozcamos el valor que esa persona ha supuesto para la unidad que ha dejado, de cómo sus compañeros scouts han disfrutado y compartido esos momentos de esfuerzo y diversión; y recordando que, tanto aquí, en el grupo, como allí fuera, en la calle, el muchacho continuará aplicando eso que Prometió un día y la Ley por la que vivió, y seguirá viviendo como ciudadano miembro de nuestra hermandad.


Y, a lo mejor, cualquier día vuelve.

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